GÜEVONES

Nos importa todo una mierda. Hace muchos años nuestros antepasados compraron unas orejeras y las hemos ido heredando de padres a hijos, a nietos, a biznietos, tataranietos ,etc, etc. Ya no se hacen orejeras como las de antes, con un material duradero y hecho a prueba de niños, sí de niños que no han crecido y cuyo cerebro no ha podido evolucionar por la opresión de ese artefacto. Somos lo que somos…unos güevones. Así somos ,según entiendo, los jaeneros y así nos va y nos seguirá yendo hasta que alguien nos convenza de que es necesario quitarnos esas orejeras para ver el norte, el sur, el este y el oeste. Tenemos atrofiado nuestro sentido. Pudiera ser que tuviéramos malos oftalmólogos y otorrinos pero son los que elegimos para que calibren nuestra maquinaria. Ejemplos hay muchos. Dice el refrán que obras son amores y los ciudadanos hemos rechazado esos amores y hemos optado por el parcheo de “relaciones” virtuales y engañifas manifiestas a vista de todos. Al descubierto están quedando aquellas promesas que nos dirigieron por una vereda, pequeña, estrecha  y llena de piedras que ellos mismos colocaron en previsión de que otros pudieran ordenar el transito vecinal. Ahora tropiezan con sus propias trampas. Unas orejeras que nuestros mayores compraron en la puerta barrera .Les vendieron lo que entonces se llevaba…las orejeras y no ha habido comercio jiennense que haya vendido artefacto contrario para guiarnos por sendas amplias , de varias vías. Quizás sea porque todavía no se haya inventado la cosa. Quizás sea porque los mejores oftalmólogos y otorrinos están en otras provincias o quizás porque ¿somos gilipollas?. Hay que viajar más para conocer los senderos por los que otros se dirigen al futuro. Hacía unos años que no veía las orejeras y ahora vuelven a estar de moda. Como siempre he sido un rebelde he decidido ir contra corriente y salirme de esa vereda para dirigirme por otros caminos que me lleven a una velocidad más alta hacía el futuro.