Llegan las elecciones a Andalucía y como casi siempre uno u otro partido político intenta acabar con determinados mensajeros. A unos gustará determinado medio de comunicación y otros lo rechazarán por no poder controlarlo a imagen y semejanza de sus postulados. Esto no es nuevo, lo que ocurre es que cuando algo no se cuenta o se omite para no torpedear la campaña electoral de este o aquel partido político,se tuerce la realidad. Llegados a este punto, dice mucho el rigor, la honestidad y profesionalidad del periodista. Son los receptores del mensaje los que deben pronunciarse en las urnas y a ellos no se le debería ocultar nada, lo bueno y lo malo. Quizás por eso la lista negra de periodistas que tienen unas y otras formaciones políticas y las llamadas telefónicas para que sean determinadas plumas las que, mediante entrevistas o informaciones, enmienden la plana a los adversarios en el juego para captar el voto de ilusos. Ante el teatro,vista , oídos y mucha lectura para no caer ,de nuevo, en la trampa. Ea
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