La Universidad Popular Municipal de Jaén se encuentra a la espera de que un perito certifique su muerte. Los monitores, trabajadores fijos discontinuos, se están encargando de comunicar a sus alumnos las intenciones que hay, según dicen, respecto a este centro de formación. Se está devolviendo el dinero de las matrículas y el malestar existente es grande entre el alumnado y los formadores, muchos de los cuales solo tenían ese medio de subsistencia. Algunos creen que después de la muerte llega la resurrección. Si así fuera , la UPM ya no será lo que era ni estarán muchos a los que tanto hay que agradecer. Se pierde mucho pero también creo que perderán bastante aquellos que con sus actuaciones, contrarias a sus postulados, matan esperanzas, ilusión, entretenimiento, formación y progreso. ¡ Como ha cambiado el cuento !. Así nos va. Ea.
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