Se acaba el mes de junio y muchos ciudadanos afrontan las vacaciones estivales con mucho dinero menos en sus bolsillos. La inflación está desbocada y cada día nos cuesta más vivir. Conforme está el precio del combustible,coger el coche es un lujo, al igual que utilizar la electricidad o el gas. Si nos acercamos al supermercado para comprar alimentos muchos vecinos se retraen a la hora de adquirir frutas o pescados para poder llegar a fin de mes con algo de comida. Estas vacaciones van a ser distintas, con menos viajes y gastos por habitante. Esta es la situación de la calle, mientras vemos,en televisión, los lujosos dispendios que nuestro gobierno ofrece a representantes gubernamentales de otros países. La culpa como casi siempre será de la guerra en Ucrania o de los mensajeros a los que incluyen en el colectivo de prensa conservadora por contar las verdades del barquero, contrarias a los intereses de sus partidos. Si el ciudadano no muere por el coronavirus lo hará por la viruela del mono o por la pobreza. Lamentable. Llega julio, momento para el descanso aunque muchos de los que están al frente de gobiernos distintos llevan bastante tiempo cantando la canción de la cigarra. Ojalá que terminada la época estival todo vuelva a su cauce. Sin embargo a tenor de como está todo no veo un horizonte claro. Feliz verano. En septiembre nos reencontramos.Abrazos y mucho ánimo para sobrevivir.
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