Las lágrimas nos recuerdan la intransigencia.¿ Por qué no puede salir un ciudadano del mundo del lugar en el que vive en busca de un futuro mejor?,¿quién pone barreras a la supervivencia ?.Nada más y nada menos que el hombre.Ese al que la mayoría dio el bastón de mando o por el contrario se hizo con él por la fuerza.Una mayoría absoluta es una dictadura y una orden dada por un dictador es un disparo al cerebro y al corazón. El nivel del mar ha subido por el lloro de los que , en mayoría, decidieron poner en un sillón a un descerebrado-a, con ideas ultras.Desde el inicio de los tiempos , con el frío o con el calor, el hombre ha emigrado en busca del sustento.Hay sitio para todos en esta gran tierra y aquel o aquellos que lo impidan estarán avivando el fuego de la guerra.Vivir o morir, fallecer y llorar e incluso sobrevivir y lamentar nuestras actuaciones.Las reglas, las normas, las leyes las decretan los hombres y mujeres pero todas están hechas para cambiarlas.De no ser así corremos el peligro o la suerte de irnos a otro mundo .Muchos, unos trescientos, han iniciado ese viaje. Ahora ya nadie podrá impedirles nada y los que a ellos se enfrentaron vivirán,ojalá así sea, con ese pesar sobre sus conciencias.Lampedusa ha dado el visado a cientos de personas que ,tras atravesar la frontera de la vida, ahora son italianos.
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