UN AFICIONADO A LA FIEREZA

Para andar por la vida se necesita cierta sabiduría torera. Un matador debe ser ágil de cintura que le permita dar vueltas a su cuerpo en menos tiempo que lo hiciera Sancho Panza y en los pocos segundos que lo haría don Quijote. Un torero debe tener garbo y además un embrujo especial. Quizás también un perfume made in spain, de olivar , de arroyo, de luna y de serenidad para que el cornúpeta vea en el hombre del capote, más que un enemigo,un aficionado a la fiereza que le saluda con un gran pañuelo rojo, a modo de requiebro. Se necesita garbo y requiebro para enfrentarnos a diario con algunas fierecillas sin domar.Para cruzar palabras con ególatras, altaneros,repudiados,mal queridos y mala follás,como diría un granadino. Por eso y no por otra cosa el piropo a nuestro vecino o conocido de cara rabiosa ,muy de tebeo.Una verónica para el cornúpeta.Olé