Evidentemente acceder a un cargo de responsabilidad cuesta lo suyo.Parece mentira pero existe un gran número de personas con un espíritu tan arraigado y tan dispuestas a demostrarlo que puede decirse que se necesita ser un super-hombre para soportar las tremendas pruebas que suelen presentarse a quienes aspiran aunque solo sea a un puesto de mediana responsabilidad o a quienes lo ostentan y lo defienden.Esa terrible competencia obliga a participar en una carrera llena de obstáculos en la que se emplean todos los medios lícitos posibles para alcanzar la meta.Unos pronuncian ,en los lugares apropiados,importantes discursos cargados de sana coba;otros escriben artículos en blogs o periódicos y otros se pasan el tiempo recorriendo pasillos y despachos repartiendo cabezazos.Es una pequeña guerra fría, colmada de sonrisas obligadas,de zancadillas psicológicas, de bulos y de correos electrónicos con felicitaciones. Al final de este áspero camino se encuentra el sillón.Un ansiado sillón confortable en el que se puede demostrar que a la hora de servir no hay quién le moje la oreja .Y claro ,una vez conseguida la meta a costa de tanto sacrificio no está bien renunciar después al puesto por el hecho de haber metido la pata en este o aquel asunto o por el simple detalle de no saber torear al toro. Existen en nuestro país muchos sillones ocupados por posaderas indignas que aguantan estoicamente todos los embates de la evolución actual ,política y social.Recomiendo un libro de cabecera : "El principio de Peter ".La jerarquiología es una ciencia social.
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