Hay quién dice que existe la reencarnación. Mi nombre y el santoral me acercan a aquel personaje que desconfiaba de todo hasta que no lo veía. Solo puedo decir que en los momentos de tranquilidad, cuando el agua sofocaba las temperaturas altas que el estío dejaba , una libélula roja jugueteaba conmigo en la piscina. Estábamos solos. Nuestras miradas se cruzaban cuando se aposentaba a uno u otro lado de la piscina. Cuando mi nado alteraba las tranquilas aguas iniciaba el vuelo ,como si me acompañara , para después posarse en el lugar que sabía iba a verla .Era y espero que siga siendo preciosa o precioso. Sí porque desconozco el sexo de ese animal cuyo artículo le asigna el femenino. Parece como si nos conociera . No ha ocurrido solo conmigo. Mis hijos han podido disfrutar ,en más ocasiones, de su querida presencia.Le gusta acompañarnos ,sobretodo por las mañanas, en la piscina. Es una libélula singular, pequeña, roja y conocedora de nuestros gustos.¿ Quién es esta libélula?.Ahora es un ser libre ,vuela a nuestro alrededor y ese agradable aleteo asigna un plus de tranquilidad a mi inquieta y mal pensadora mente. Su silencio y su mirar lo dicen todo. Gracias por haberme hecho llegar tú equivoco pasado. Ahora conoces quién es quién. Ojalá pudiera abrazarte sin hacerte daño. Al final has usado un ropaje de color rojizo. El mismo cuya juventud te llevó a abanderar ,junto a los primerizos, la bandera ahora destrozada por designios ajenos al ideario. Tu vuelo libre me ofrece paz , tranquilidad y sosiego .
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