Algunos la conocen perfectamente. En el navegador les fijaron las coordenadas y les ordenaron grabarlas en la memoria para que no se les olvidaran. Tienen que llegar hasta el destino por el camino más corto, recortando ,adelantando y quitándose de en medio a aquellos que se les pongan por delante. Si es necesario hay que dejarlos en la cuneta , mal heridos y sin asistencia . Algunos han iniciado el viaje y sin demora se dirigen por la ruta fijada ante la mirada de todos ,especialmente de los necesitados . Les piden ayuda en el recorrido pero la velocidad de sus vehículos deja atrás las manos levantadas y las caras llenas de polvo. El ruido de sus potentes motores no les deja oír el grito de socorro. Viajan descansados, con la tripa llena y dinero en el bolsillo para repostar. No pararán en su empeño .Otros, con ciertos privilegios ,temen ser atropellados en esas estrechas carreteras por las que se circula de forma temeraria. No serán detenidos , los agentes no les darán el alto, están con ellos y acatan las ordenes. La desilusión se ha aposentado en las mentes de los que iniciaron el camino a pie. Creyeron que apostando por aquellos que tenían posibilidades sus vidas cambiarían a mejor y ha sido todo lo contrario. Ya no pueden andar más ,están cansados ,sin fuerza ,desnutridos y desalentados. Deciden aposentarse en zonas comunes donde llorar sus despropósitos . Eligieron mal y por eso son machacados . Han decidido gritar , no tienen nada más que perder. Su unión frenará en el viaje al arrollador vehículo de los recortes.Las gentes de otros territorios tienen todavía la opción de elegir. Están viendo como se circula en comunidades próximas . En su elección está el continuar haciendo camino hacia el futuro o quedarse tirados en la cuneta. Solemos tropezar dos veces en la misma piedra.
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