He visto hoy en el arcén de la carretera bolsas, de color amarillo, llenas de basura.Creo que se deberían quedar ahí,algunos días, para que los conductores las vieran y reflexionaran sobre nuestra manera de ser y actuar cuando viajamos o conducimos el coche.Es muy fácil abrir la ventanilla y tirar la basura.Los difícil es lo otro,retener el material desechable y depositarlo en una papelera o contenedor.Siempre es bueno recordar aquello de que no es más limpio el que más limpia sino el que menos ensucia.Tenemos una mentalidad anclada en el pasado.En la época del señorito que tiraba la porquería al suelo para que la sirvienta la recogiera o tiraba el papel a la calle a sabiendas de que luego vendría el barrendero.Todavía hay muchos señoritos,más de los que pudiéramos imaginar.Señoritos que en su casa pueden permitirse la chacha , la sirvienta o la esclava a quien por muy poquito dinero se la explota.Esas bolsas amarillas me han recordado la niñez.El dictador,Francisco Franco, utilizaba a las personas que estaban en paro para limpiar las cunetas y la basura la depositaban en bolsas, también del mismo color.Era una forma de tener a los desempleados controlados y trabajando.Recibían un salario del estado y por lo tanto a currar.He escuchado a representantes de nuestro gobierno que van a luchar contra la economía sumergida.Cierto es ,conozco algunos casos, que son muchos los parados que perciben una remuneración económica del estado y paralelamente realizan otros trabajos por los que perciben un dinero en " negro ",en el sector audiovisual ,sobre todo.Creo que la inspección laboral y la de hacienda deberían actuar de forma contundente contra esos individuos que están quitando la oportunidad de un trabajo a otros.El castigo debería ser ejemplarizante,por ejemplo ponerlos a limpiar las cunetas y arcenes de las carreteras, de ocho de la mañana a tres de la tarde.Es cuestión de limpieza en todos los ordenes.
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