Una sonrisa hace bien a tus amigos y destroza a tus enemigos. Eso es cierto ,al igual que la critica que recibe, a sus espaldas, el que sonríe por parte de sus enemigos, algunos considerados como amigos. Cuando poco importa el navajazo trapero, llega la libertad ,en su esplendor, para decir las verdades a la cara. Duela a quien le duela, con los consiguientes daños colaterales. Vivimos en una sociedad sometida a la presión de los que ostentan el poder, a la luz y en la sombra. Son los que intentan torcer la realidad para acomodarla a sus intereses, casi siempre económicos. Pueden hacerlo , pocos se lo impiden. De ahí la importancia de ese grupo minoritario que no debe favores a nadie y que es capaz de enviar a unos cuantos a ese lugar por donde gotean las jarras. A ellos un cordial saludo y fuerza en ese empeño. Ea
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