El silencio puede llegar a ser la mejor respuesta, la mejor burla , la mejor puñalada. Eso bien lo saben aquéllos que esperan una pronta respuesta a su radical actuación. Toda acción tiene una reacción. Se buscan asuntos turbios. Se escudriña en los bajos fondos en el intento de coger en una renuncia al adversario. A veces se consigue pero en otras,la mayoría, no. Es entonces cuando la frustración y la rabia se aposentan en el seno de aquellos que buscan favorecer los intereses del grupete. Un oso herido es muy peligroso. El zarpazo pudiera acabar con intenciones , quizás loables, partidistas y también perjudiciales para otros muchos.Antes de actuar se debería pensar aquello que se quiere realizar para evitar conflictos innecesarios. Prudencia,sentido común y palabras justas, algo de lo que carecen muchos, la mayoría de nuestros representantes políticos. Actúan por impulsos con resultados negativos para sus objetivos.
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