Es lamentable la actuación de determinados-as representantes políticos-as. Llenan las redes y medios de comunicación de ilusión y con promesas de numerosos empleos, en el caso de que su proyecto salga adelante, cuando no hay nada cerrado. Venden humo a un precio muy caro que pagamos todos los ciudadanos con nuestros impuestos. Sus abultados salarios no se verán resentidos si se llega a disipar el humo. Lo peor es la complacencia del pueblo que sigue sentado en el sofá viendo por la televisión o escuchando por la radio como se muere Jaén. Ese desencanto con la política jaenera está reuniendo a algunos en plataformas dispuestas a presentarse en los próximos comicios locales para hacer frente a algo que se ha aposentado en esta tierra y que se llama DECEPCIÓN.
No hay comentarios :
Publicar un comentario