Cuando un representante político comunica a los empleados que tiene a su cargo que no se preocupen por su futuro laboral es cuando estos deben empezar a pensar en lo peor.Lo primero que tendrían que hacer es cuidar sus bolsillos y no dejarse los cajones de la mesa abiertos.Los expertos en jerarquiología laboral aseguran que los meses de verano y los últimos del año son nefastos para los empleados.Esas fechas suelen ser las elegidas por los dirigentes para despedir, destituir o presentar expedientes de regulación temporal o no de empleos.Para esas fechas es mejor no coger el teléfono o no acudir a comidas o citas de jefes, con alguna excusa.Ejemplos estamos teniendo y muchos, en el ámbito local,andaluz o nacional.Es curioso, casi siempre se estropean las vacaciones de verano a determinados empleados o los días de navidad. No estaría nada mal un cambio de papeles y que los que despiden pasaran ese mal rato.Todo puede ocurrir,ninguno está a salvo.Hoy estamos aquí y mañana allí.¿Quién nos iba a decir hace unos meses que ibamos a vivir esta película del coronavirus?. Si alguien lo hubiera hecho quizás le habríamos dicho que dejara de ver Netflix o Hbo. Lo que realmente me repele son las mentiras,sobretodo las de los políticos. Nunca las reconocen hasta que los pillan con las manos en la masa.Quizás por eso haya tanto desapego hacia esta gente y los populismos tomen fuerza.No pueden culpar a la ciudadanía de esto.Son ellos y solo ellos los culpables de la situación que vivimos.¡ Qué hartazón chiquillo !,¡cuánta pelea en las cámaras de representación!,¡qué ganas de vacaciones tengo!.Ya queda menos.Salud y cuidaros, el coronavirus acecha.Ea
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