Una capital de provincia, Jaén , con calles y carreteras rotas, a la espera de un prometido asfaltado. Una ciudad que no se expande ni se desarrolla ,con unas normas urbanísticas de 1996, porque un tribunal de justicia paraliza el PGOU, tras las denuncias de partes interesadas. Una capital que mantiene encerrado en cocheras ,por cabezonerías políticas, un sistema tranviario que costó al pueblo muchos millones de euros.Una ciudad a la que llegan muy pocos trenes y con una polémica estación. Una capital andaluza sin radio y televisión municipal.Una ciudad en la que su principal equipo de fútbol, el Real Jaén, está a punto de desaparecer y del que huyen futbolistas y entrenador. Una tierra que vive ,en gran medida ,del aceite y cuyo cultivo no es rentable.Es Jaén un lugar para los funcionarios, una ciudad de paso, una zona dormitorio. Sus ciudadanos-as acuden cada día a su lugar de trabajo con más sueño que con ganas de trabajar. Se desperezan quitándose las legañas,viendo pasar el tiempo que deja importantes arrugas en sus mejillas y canas en las cabelleras de los más jóvenes .Unos y otros hablan de estos y aquellos proyectos para una capital mortecina .Sin embargo los unos no hacen y tampoco los que estuvieron.Las señales de tráfico indican el camino para llegar a la ciudad de la mentira ,donde se venden buenos ,baratos y cómodos sofás para ver en televisión como avanzan otras capitales de provincia. Cuando el hambre aprieta los vendedores de humo se sitúan junto a los pobres olvidados,por no decir otra cosa, en un nuevo intento de venderles cuarto y mitad.Ea.
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