Mientras dure en Cataluña el conflicto los líderes separatistas serán fuertes.Recuerdo,ahora con la famosa película "Mientra dure la guerra ", las palabras de un filósofo y escritor criticado por la izquierda pero también por la derecha, de Unamuno.Se celebraba el día de la Raza y dijo aquello de : "Se ha hablado aquí de guerra
internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo hice
otras veces. Pero no, la nuestra es sólo una guerra incivil. (... )
Vencer no es convencer, y hay que convencer, sobre todo, y no puede
convencer el odio que no deja lugar para la compasión. Se ha hablado
también de catalanes y vascos, llamándolos anti-España; pues bien, con
la misma razón pueden ellos decir otro tanto. Y aquí está el señor
obispo, catalán, para enseñaros la doctrina cristiana que no queréis
conocer, y yo, que soy vasco, llevo toda mi vida enseñándoos la lengua
española, que no sabéis...".
En ese punto, Millán empezó a gritar: "¿Puedo hablar? ¿Puedo
hablar?". Su escolta presentó armas y alguien del público gritó:¡Viva la
muerte!". En lo que, según Ridruejo, fue un exhibicionismo fríamente
calculado, Millán habló: "¡Cataluña y el País Vasco, el País Vasco y
Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! ¡El fascismo,
remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y
sana como un frío bisturí!". Se excitó sobremanera hasta tal punto que
no pudo seguir hablando. Resollando, se cuadró mientras se oían gritos
de "¡viva España!". Se produjo un silencio mortal y unas miradas
angustiadas se volvieron hacia Unamuno.
"Acabo de oír el grito necrófilo e insensato de ’¡viva la muerte!’.
Esto me suena lo mismo que, ¡muera la vida!’. Y yo, que he pasado toda
la vida creando paradojas que provocaron el enojo de quienes no las
comprendieron, he de deciros, con autoridad en la materia, que esta
ridícula paradoja me parece repelente. Puesto que fue proclamada en
homenaje al último orador, entiendo que fue dirigida a él, si bien de
una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que él mismo es un
símbolo de la,muerte. ¡Y otra cosa! El general Millán Astray es un
inválido. No es preciso decirlo en un tono más bajo. Es un inválido de
guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como
norma. Desgraciadamente, hay hoy en día demasiados inválidos. Y pronto
habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Míllán
Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido
que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre,
no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un
inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu suele
sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor
de él. (... ) El general Millán Astray quisiera crear una España nueva,
creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía
una España mutilada...
Furioso, Millán gritó: "¡Muera la inteligencia!". En un intento de
calmar los ánimos, el poeta José María Pemán exclamó: "¡No! ¡Viva la
inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!". Unamuno no se amilanó y
concluyó: "¡Éste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo
sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he
sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país.
Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza
bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y
para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la
lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España". Millán se
controló lo suficiente como para, señalando a la esposa de Franco,
ordenarle: "¡Coja el brazo de la señora!", cosa que Unamuno hizo,
evitando así que el incidente acabara en tragedia.
Esa misma tarde, los guardias cívicos de Salamanca dieron una cena
en honor de José María Pemán, presidida por el alcalde. Al regresar al
Gran Hotel, Millán se presentó en el vestíbulo y, ante un público
perplejo, lo abrazó y le ofreció su propia "medalla de sufrimientos por
la patria". No ha quedado claro si lo que Millán pretendía era
neutralizar los posibles efectos negativos de su ataque a la
inteligencia o congraciarse con el escritor. En opinión de Franco,
Millán se había comportado como era debido en la confrontación con
Unamuno.
El filósofo y escritor se equivocó mucho, seguro.Cogió caminos a la derecha y a la izquierda pero
dicen que equivocarse es humano y rectificar es de sabios.Separatistas, nacionalistas, izquierda,derecha...todos sumamos y entre todos conformamos este país. Cierto es que unos defienden ideas que favorecen a los poderosos y otros a los de abajo. Nuestros democrático sistema permite ,según el número de los votos, que gobiernen unos u otros cuando somos convocados todos-as a las urnas,como el próximo día 10.Todos juntos, no solo unos cuántos. Convencer, convencer nada de imponer. Ea.