Cuando una docena de personas, por el momento, han sido pilladas delinquiendo a las ordenes de su jefe o líder deben ser consideradas como miembros de una organización criminal.Y eso es lo que,según parece, ha venido ocurriendo en la comunidad de Madrid, a tenor de las informaciones que venimos recibiendo en torno a la figura de Ignacio González, expresidente de la administración madrileña del PP. Claro que ,como dice el refrán, hay que tener amigos hasta en el infierno.Los detenidos en la Operación Lezo no serán acusados por los fiscales del delito de pertenencia a una organización criminal porque así lo habría impuesto el fiscal jefe anticorrupción.Venimos escuchando en los últimos días noticias poco edificantes de la actuación de la fiscalía o mejor dicho de quién ordena y manda en la fiscalía anticorrupción.Actuaciones por las que se produjo una rebelión de la junta de fiscales.Pero ¿quién le pone el cascabel al gato?.Volvemos a lo mismo de siempre...la separación de poderes y la politización del sistema judicial.Creo que la justicia en nuestro país no tiene una buena valoración de la ciudadanía.Es culpa de quienes la imparten a instancias de determinadas siglas políticas que los colocaron en puestos de relevancia.No son todos-as pero las actuaciones de unos pocos-as manchan al conjunto.
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