EL PODER DE UN BUFÓN

A diario los payasos ocupan las principales páginas de los periódicos de ámbito nacional pero también local. Es más importante lo que haga y diga el bufón de la corte que el político de turno. Como será la cosa que los representantes de nuestras instituciones han quedado relegados a un segundo papel.La clase política está en clara decadencia.Pocos son ya los que creen a pies juntillas lo que dicen sus señorías,esos que fueron elevados al escaño o sillón municipal por el poder de la ingenuidad,para trincar pasta gansa pública.Si no es en portada solo hay que pasar de página y ahí está el titiritero , rodeado e incluso abrazado por otros graciosos. La pobreza cultural de esta sociedad es grande , en determinados lugares.No tienen otra cosa ni a otras gentes a las que subir a los altares.El payaso tiene labia,es gracioso y hace reír a un  pueblo hastiado por tantas golferías.El arlequín se pone al frente para tapar la desidia.El farandulero es un rey y aglutina esperanzas.Cuando llega el problema el caricato solo sabe hacer reír y a veces ni eso.Es entonces cuando el ciudadano mira y culpa al de atrás por haber dejado en manos del políchinela nuestro futuro más inmediato. El político tiene y debe recuperar la confianza del pueblo.El que meta o haya metido la mano en la caja pública debe dejar de representar a la ciudadanía, de forma deshonesta.