Y en nuestro querido Jaén ¿quién podría desempeñar el papel de este personaje?.Seguro que cada uno tendrá el suyo. Navajazos por la espalda,amenazas,mentiras,engaños, peleas,deudas bancarias,cariños comprados,llamadas telefónicas a falsos profetas,alcohol y vidas destrozadas.En lugar de los programas amarillos, baratos y que tanto seguimiento tienen,la televisión debería recuperar esta afamada serie. Sí porque tal y como está el panorama los capítulos venideros en este entorno cercano recogerán muchos de los guiones que se desarrollaron en aquella ciudad americana. Se nos presenta un otoño-invierno caliente en lo político y en lo social.He tenido la oportunidad de hablar sobre la situación actual con varios y prestigiosos empresarios, hasta hace poco tiempo. No hablan nada bien de la representación gubernamental de la capital jiennense.Se esperaban otra cosa.El tan pregonado Plan de Pago a Proveedores es odiado y rechazado por buena parte de la patronal jiennense.Para engrosar en el listado de pago de ese plan nuestros munícipes exigen a los empresarios, según me dicen, una serie de quitas que no están dispuestos a consentir.Es más ,algunos han decidido acudir a los tribunales de justicia para reclamar lo que es suyo.Y lo han conseguido pero lo peor es que las sentencias judiciales no se ejecutan, es decir el ayuntamiento de Jaén no hace caso a lo que dicen los jueces y no paga.Ante esta situación ¿para que sirven los juzgados?,me dicen los empresarios y creo que tienen razón.En cualquier caso, tiempo vamos a tener para contar cuanto acontezca sobre este y otros asuntos que deberían,cosa difícil, poner colorado a algún que otro politiquillo.Por hoy y en este inicio ya está bien.Mañana más.
Cuando hablamos de "politiquillos", deberíamos decir nombres y apellidos. Y me refiero a todo el mundo. Es necesario acusar ya, con el dedo, de una vez, a aquellos sinvergüenzas que por su arrogancia, incapacidad y desentendimiento nos hunden cada día un poco (o mucho) más. Yo personalmente estoy harto de lo políticamente correcto, y he pasado a un plano situado entre la ira y la compostura, intentando no caer en el simple insulto. Necesitamos algo más, hay demasiado miedo a hablar de hombres y mujeres que nos están masacrando, y ese miedo tiene que acabar.
ResponderEliminar