LA MUERTE CAMBIA DE NOMBRE

A diario escuchamos o leemos  a los contadores de enfermos y de muertes por coronavirus, en la radio, en la tv o en prensa escrita.Casi todos contamos los mismos pero ninguno los cuenta igual. Lo que no se cuenta es la relajación de la ciudadanía en la calle, con la pasividad de la mayoría de las fuerzas policiales.No se guardan las distancias de seguridad en la calle , en los supermercados y mucho menos en bares y restaurantes.Tampoco se utilizan mascarillas ni guantes.Quizás las altas temperaturas del verano disminuyan los contagios pero ,señalan los expertos,el otoño traerá una segunda oleada que ojalá no sea tan mortifera como la que todavía no ha concluido.El virus está ahí, en la calle, esperando que algún incauto se lo lleve a casa o se lo presente a algún amigo o familiar. Solo hace falta echar una mirada a nuestro alrededor para constatar que la realidad nos devuelve al pesimismo.Hasta el registro civil ha acudido alguien con una solicitud un tanto insólita.Ha pedido cambiar su nombre y el funcionario ha aceptado la demanda.Se llamaba muerte y para adaptarse a los nuevos tiempos ahora se la conoce por Covid 19. La mayoría la intentan esquivar pero otros prefieren acercarse a la misma para entablar amistad, sin conocer su primer apellido.Ese no lo ha cambiado . Su nombre : Covid-19 huraña.No tiene, ni quiere, amigos.A los cercanos los aniquila.Ya nada volverá a ser como antes.Una coplilla ahora para levantar el ánimo.Salud para todos.