Los esbirros salen a la calle en busca de la pasta.El jefe de la familia municipal ha pedido prestados los aparatos que hacen dinero y se los ha pasado a la guardia pretoriana.Necesita dinero, mucho dinero, el mismo que ha perdido por no actuar en el debido tiempo para sacar de las alforjas europeas la cantidad que habría cerrado el roto del saco. Serviría,entre otras cosas, para apartar del centro de la ciudad miles de vehículos.Ahora actuará de oficio, como nunca lo ha hecho, para que los pobres de mente y de espíritu cumplan con la norma a raja tabla.En el caso contrario con las recetas llenarán el cepillo.Un dinero que irá a parar a las tristes arcas municipales. La orden es expresa y ahora no mirarán de forma generalizada el color del voto,parece que tampoco en aquellos lugares donde los hijos de determinados ínclitos van al colegio,aunque lo dudo mucho.Decía mi abuela que siempre ha habido clases y cuánta razón tenía.Ricos y pobres y son éstos últimos los que pagan el pato u no hermano.Ahora sabremos quienes son aquellos que miran , casi a diario, a los santos desde un lugar privilegiado.Ojalá el pueblo escuchara sus rezos. Otro gallo nos cantaría.Ea.
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