Se nota y mucho cuando son falsos el abrazo y la sonrisa.Esa es la sensación que tuve cuando el alcalde de Jaén,Javier Márquez, recibió hace unos días ,en las puertas del consistorio capitalino, al secretario de estado de hacienda ,José Enrique Fernández de Moya.Las caras de ambos denotaron el distanciamiento.Ninguno se corta cuando habla y en los círculos apropiados llegan las críticas. Javier está aguantando mucho, demasíado , a tenor de las presiones que,según parece, llegan desde la sede pepera de San Clemente.El alcalde matutino no repetirá en el cargo,estoy casi seguro.No quiere y a eso se suma el que dirige las siglas que representa,el también presidente ,José Enrique Fernández de Moya. Javier ha aprendido a torear y también a realizar promesas que serán de difícil cumplimiento.Algunos representantes de la corporación callan y obedecen las propuestas que pone encima de la mesa el regidor.Se han escuchado determinadas iniciativas en el intento de salvar la situación económica de las arcas municipales y eso entretiene a trabajosos concejales y a representantes sindicales.Lo que ocurre es que la mentira tiene las patas muy cortas.No obstante cuando queden al descubierto alguno podría estar ya fuera de una casa que es una ruina.
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