El caso de Albert Rivera es un ejemplo con el que , supongo , no estarán muy de acuerdo la mayoría de los representantes políticos de nuestra país. Según he sabido, por distintos medios de comunicación, el bufete de abogados en el que , supuestamente, trabajaba lo habría puesto de patitas en la calle por baja productividad. Eso en mi tierra tiene un nombre. No es de extrañar entonces esos largos periodos de ausencia que tenía cuando dirigía el partido político de Ciudadanos. Tampoco la debacle y el hundimiento de la formación naranja de la que vivió durante muchos años y con un salario abultado. No se puede generalizar con este asunto. También conozco a otros-as que tuvieron responsabilidades políticas y que cuando dejaron esa actividad se incorporaron a sus trabajos, en el ámbito privado o público, y hoy en día viven de sus quehaceres ,sin grandes problemas. No es lo mismo trincar una pasta gansa sin dar palo al agua que currarte a diario el sustento. Puedo entender , a tenor de lo que leo y escucho al respecto, que hay más casos como este. Las puertas giratorias existen desde hace mucho tiempo y los pillos también. Chssss, ahora vas y lo propalas. Ea
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